CON LA AGENDA LLENA...

“Creí que yo era adicta al trabajo hasta que te conocí” – dijo ella mientras lo miraba –

“… y el problema es que eres el adicto al trabajo con los ojos más bonitos que he visto ¿Sabes?

Debe ser porque casi no se te nota el 'Word' en la mirada” - continuó.

Acto seguido tomó sus cosas y se fue.

Él sólo pudo quedarse callado intentando descifrar lo que ella quiso decir, sin poder evitar contar el tiempo que eso le estaba tomando y pensando que tal vez ésta era la tarea que más trabajo le estaba costando para poder dar por terminada su semana.

El vibrar del celular le dice que hay que continuar, no hay tiempo que perder.

Así que sin pensarlo, dio click en “Guardar cambios”, cerró su laptop y después de agendar el descifrar dicho mensaje para el día siguiente a las 8:45 de la mañana también se fue, con la agenda llena y el corazón vacío.